lunes, 25 de diciembre de 2017

Seitán a la reducción de Pedro Ximénez.



En estos día toca realizar platos un poco más especiales, para poder dar envidia a todos esos omnis que comparten mesa con nosotros, y que desearán probar nuestros platos. Esta vez ha sido fácil, porque esta receta ya la hacía yo antes, cuando comía carne, y lo único que he tenido que hacer es sustituir la carne por seitán lo que ha hecho de sea receta el plato perfecto. Deliciosos, y libre de sufrimiento animal.

Ingredientes:

1 bloque de seitán  (pinchando tenéis la receta)
2 cebollas dulces (yo uso D.O. Fuentes de Ebro, que son las mejores)
150 grs. de pasas
1 cucharada de harina
1 vaso de Pedro Ximénez
sal
aceite de oliva virgen extra
agua

Elaboración: 

Cortamos en juliana las cebollas, y las ponemos en la cazuela con una buena chorrada de aceite de oliva. Cocinamos a fuego medio, hasta que la cebolla esté bien pochada, y añadimos una cucharada de harina. Rehogamos la harina, y agregamos el Pedro Ximénez y las pasas. Dejamos que hierva, evaporando el alcohol, a fuego lento. En una sartén vamos haciendo a la plancha los filetees de seitán, que iremos poniendo en la cazuela con la salsa. Cuando tengamos todos los filetes en la cazuela, añadimos un poco de agua, justo que cubra un poco, y sazonamos al gusto. Dejamos cocinar a fuego lento, hasta que la salsa se reduzca, y quede la cebolla un poco caramelizada. Solo queda servir y disfrutar de este maravilloso plato. Se puede acompañar de un poco de puré de patata, que le va a la perfección. 

Seitán fácil


Cuando dejé de comer carne, hace más de cuatro años, ni siquiera sabía lo que era el seitán. Luego oía hablar de él... y compré un par de veces, pero no terminaba de cogerle el gusto. Un día me decidí a hacerlo yo misma, y seguí una receta que vi por internet. Fue un auténtico fracaso. Era como un monstruo amorfo, lleno de burbujas por dentro, como si de una esponja se tratara... pero como siempre, no caí en el desánimo, y fui amoldando aquella receta a mi gusto, hasta encontrar el que ahora es el seitán perfecto para mi. Hay muchas formas de hacerlo, y todas son correctas, pero cada uno tiene que encontrar la que mas le guste. Os dejo la receta, que es muy fácil, pero como digo siempre, modificadla al gusto, para hacerla vuestra.

Ingredientes:

500 gas. de gluten de trigo
1 vaso de pan rallado
350 ml. de caldo vegetal para la masa, y dos litros para cocerlo.
150 ml. de salsa de soja y una chorradita más para cocerlo.
especias al gusto (yo he puesto cebolla, ajo, perejil y pimienta negra molida)

Elaboración:

En un bol grande ponemos el gluten de trigo y echamos el pan rallado. Mezclamos muy bien, para integrar completamente el pan rallado con el gluten. Añadimos las especias, al gusto, y removemos  bien. Agregamos el caldo de verduras, templado, que previamente habremos mezclado con la salsa de soja. Comenzamos a mezclar, primero con una cuchara y luego con las manos. Cuando esté todo junto, sacamos la bola a la encimara de la cocina o a una mesa, y amasamos muy bien, para que se mezclen completamente los ingredientes, y se forme una bola grande. Yo para cocer el seitán prefiero hacer dos opciones, porque así las hago más estrechas, y luego los filetes no son muy grandes. Cortad con un cuchillo la bola por la mitad, y amasad cada porción, formando un bloque alargado. En una olla poned a hervir el caldo de verduras (yo lo hago con puerro, zanahoria, calabacín, cebolla, calabaza, judía verde.. pero podéis hacerlo como más os guste) y le echáis una chorradita de salsa de soja. Cuando esté el caldo hirviendo, sumergid las bolas de seitán, tapad la olla, y dejad que hierva a fuego lento unos 35 minutos. Pasado ese tiempo, sacad las bolas de seitán, escurridlas, y cuando se enfríen un poquito podréis manejarlas bien para poder cortar y cocinar el seitán. Yo recomiendo enfriar en un recipiente cerrado, para que no se reseque. Podéis hacer luego el seitán a la plancha, empanado, guisado... como más os guste. Yo suelo dejar una porción en la nevera, y la otra la congelo envuelta en film. El caldo resultante de cocer el seitán, si era caldo recién hecho, podéis congelarlo para la próxima vez que hagáis. Es una buena manera de aprovecharlo, y facilita el trabajo. Espero que os guste tanto como a mi esta receta. Mis hijos son adictos a este seitán.


lunes, 4 de diciembre de 2017

Crepes con chocolate.


Mi hija es adicta a las crepes, y lleve días pidiéndome que le haga. No soy muy hábil con los postres, porque a mi no me gusta mucho el dulce, y es lo que menos hago, pero he buscado una receta por internet y nos hemos puesto manos a la obra. He seguido la receta de Danza de Fogones y he de decir que están para chuparse los dedos. Como estaba en modo "vaga del todo", el chocolate es una tarifa comprada de Fondee de Torras, que la pones un minuto en el microondas y listo, pero si quereos podéis fundir una tableta de chocolate para postres con margarina vegana y un poquito de leche de soja o almendras.
Os copio la receta de crepes de Danza de Fogones, tal cual, porque yo no la cambiaría ni un ápice. Después las he rellenado de chocolate, pero podéis poner también plátano o cualquier otra fruta, y seguro que están muy ricas. 
INGREDIENTES:

1 taza y media de leche de soja (375 mililitros)
3 cucharadas de azúcar moreno
1 taza y media de harina integral (200 gramos)
1 cucharadita de levadura química
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de extracto de vainilla.

ELABORACIÓN:

Mezclamos todos los ingredientes en un bol hasta que estén perfectamente integrados y hasta que no haya grumos de harina. Si queréis podéis tamizarla pero no es necesario.
Engrasamos una sartén (nosotros usamos una de 20 centímetros de diámetro) extendiendo un poco de aceite con una servilleta de papel y ponemos el fuego al máximo. Cuando la sartén esté caliente, bajamos a fuego medio, echamos tres cucharadas de la masa y vamos girando y moviendo la sartén hasta que cubra completamente la base.
Cuando la masa se oscurezca porque empiece a tostarse ligeramente podemos darle la vuelta. Lo ideal es despegar un poco por una parte el crepe con una cuchara de madera y luego cogerlo con los dedos y darle la vuelta, pero si no os apetece achicharraros los dedos también podéis utilizar una espátula de madera. Si veis que aún no está dorado, dejadlo que se haga un poco más por ese lado.
Doramos el crepe por el lado que falta. El primero de cada tanda no tiene por qué salir perfecto en lo que a la forma se refiere, lo cual es una excusa perfecta para comérselo sobre la marcha mientras vais haciendo el resto.
Repetimos todo el proceso hasta que no quede masa.


Milhojas de berenjena y boloñesa.


El otro día me sobró un poco de boloñesa que hice para una lasaña, y decidí aprovecharla con una receta nueva. Realmente, si tienes ya la boloñesa preparada, este plato se elabora en unos quince minutos, y está espectacular. Si tienes que preparar la boloñesa, necesitas otros quince... que tampoco es muy costosa su elaboración. A mi me encanta experimentar en la cocina cuando tengo "restos" por la nevera, y de estos "experimentos" han salido muchas veces recetas espectaculares, como esta.
Bueno, no me enrollo más, y paso a escribir la receta.

Ingredientes: 

1 berenjena grande
6 lonchas de queso vegano (yo usé el original de Violife)
Queso rallado vegano (yo puse el tipo mozzarella de Violife)

Para la boloñesa:
1 vaso de soja texturizada fina (aprox.)
1/4 de cebolla
1/2 ajo
1 chorradita de vino blanco
1 chorradita de salsa de soja
1/2 kg. de tomate triturado
sal
pimienta negra molida
perejil (especia)
albahaca (especia)
aceite de oliva virgen extra

Para la bechamel:
2 cucharadas de harina
1/2 litro de leche de soja SIN AZÚCAR (aprox.)
sal
nuez moscada

Elaboración: 
Si no tenemos la boloñesa preparada, comenzaremos por hacerla. Mientras, dejaremos la berenjena cortada a rodajas en un plato, con sal, para que "sude" y no amargue. 
En una sartén sofreímos la cebolla y los ajos bien picados, hasta que la cebolla esté pochada. Añadimos la soja, y la rehogamos bien. Agregamos un buen chorrito de vino blanco y dejamos que reduzca, a fuego lento. Echamos tomate triturado, al gusto, que no quede muy líquida la mezcla. Sazonamos con sal, una pizca de azúcar, pimienta negra molida, albahaca y perejil picado y una ahorrada de salsa de soja. Freímos el tomate con la soja y las especias durante unos 15 minutos, a fuego lento, y en ese rato aprovechamos para preparar la bechamel.
En una sartén ponemos una chorrada de aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente echamos la harina. Freímos la harina, y cuando esta dorada agregamos la leche de soja, removiendo sin parar con las varillas. Sazonamos al gusto con sal y una pizca de nuez moscada, y seguimos moviendo hasta que espese. Si quedan muchos grumos, podéis pasar la bechamel por la batidora... pero si removéis con las varillas, con brío, difícilmente saldrá grumosa.Ya tenemos la bechamel hecha, y el relleno también, ahora toca montar el milhojas.
Cogemos la berenjena, la secamos con un papel de cocina y la pasamos vuelta a la sartén, a la plancha, lo justo para "marcarla".
En un Pyrex de cristal para el horno ponemos cuatro rodajas de berenjena (para hacer cuatro milhojas), sobre esta ponemos una capa de salsa boloñesa, y una capa de queso verano (cortáis la loncha a la medida de la rodaja de berenjena, mas o menos). Ponemos otra rodaja de berenjena, otra de boloñesa, otra de berenjena, otra de boloñesa, otra loncha de queso, boloñesa y berenjena. Podéis hacerla de más pisos, pero yo creo que con cuatro rodajas de berenjena es una buena medida. 
Cubrís los milhojas con bechamel y una pizca de queso rallado vegano, y metéis al horno, que previamente habréis calentado. Yo lo puse con calor por arriba y por abajo, a 250 grados, y en mi horno se hizo super rápido. Cuando la bechamel empieza a gratinarse y se funde el queso, ya podemos apagar el horno y servir nuestros magníficos milhojas de berenjenas. 
Espero que os guste.



jueves, 9 de noviembre de 2017

Croquetas de espinacas, pasas y piñones.


Si hay una comida en el mundo que me apasiona son las croquetas, en cualquiera de sus múltiples versiones. La verdad es que a veces me da pereza hacerlas, porque lleva un ratito, pero la satisfacción de dar un bocado a una exquisita croqueta casera, compensa el rato y el zafarrancho montado en la cocina.
Voy a intentar explicar la receta, aunque las medidas las pongo siempre un poco a ojo.

Ingredientes: 

750 ml. o 1 litro (aprox.) de leche vegetal SIN AZÚCARES AÑADIDOS. Yo usé de soja.
1/2 cebolla grande (o 1 mediana)
1 puñado de piñones
1 puñado de pasas
1/2 paquete de espinacas congeladas picadas (o espinacas frescas, y las picáis vosotros)
harina de trigo (yo usé integral, pero podéis usar refinada)
harina de garbanzo
pan rallado
sal
aceite de oliva virgen extra

Elaboración: 

Hervimos 5 minutos las espinacas en un cazo con agua y sal. Mientras, sofreímos en una sartén la cebolla a fuego medio, con abundante aceite, hasta que esté pochada. Escurrimos muy, muy bien las espinacas y las ponemos en la sartén con la cebolla, mezclando bien. Añadimos las pasas y los piñones, removiendo bien todo. Echamos 4 o 5 cucharadas de harina (depende de la cantidad de espinacas que hayamos puesto) y la rehogamos hasta que se dore, sin dejar que se queme. Vamos añadiendo la leche, sin dejar de remover con las varillas, para que no se hagan grumos. Echamos medio litro de leche, mas o menos, y mezclamos bien dejando que hierva. Empezará a espesar, e iremos agregando poco a poco leche hasta encontrar la textura que queremos. La masa tiene que despegarse de la sartén, y nos tiene que costar un poco remover la cuchara de madera o las varillas, sin ser un "mazacote" compacto... es difícil de explicar... poco a poco consiguierais vuestro punto perfecto a la medida de las croquetas.
Cuando esté la masa ya en su punto vertemos en una fuente plana, para que se enfríe pronto, y tapamos con papel film para que no se seque, y metemos al frigo.
En el momento que la masa esté fría (yo suelo hacerla de un día para otro, o de la mañana a la tarde)podemos formar las croquetas. Haced una mezcla de harina de garbanzo y agua que será el sustituto del huevo para el empanado. La textura que tiene que tener es la de un huevo batido.
Pasad las croquetas por el "no huevo" y por pan rallado, y a la sartén con abundante aceite bien caliente, dando vueltas para que no se quemen y se doren por todas partes.
Yo aprovecho cuando hago, y congelo para varias veces.
Espero que os gusten.



viernes, 22 de septiembre de 2017

Spaguetti carbonara


Los spaguetti a la carbonara es un plato que me encantaba. Gracias a los sustitutos que venden an las tiendas especializadas he podido veganizar esta receta, que nada tiene que envidiar a la original en cuanto a sabor. El "bacon" que he usado es el de Divina Teresa, pero he comprado alguna otra marca que también está rico.

Ingredientes:

500 grs. de spaguetti
2 brick de nata vegetal (yo he usado de soja)
1/2 cebolla
150 grs. de "bacon" vegano
1 chorrada de aceite de oliva virgen extra
sal

Elaboración: 

Ponemos una olla al fuego con abundante agua para cocer la pasta, siguiendo las instrucciones de la marca en cuanto al tiempo de cocción.
Mientras tanto, vamos a elaborar la salsa. Picamos la cebolla bien finita y la ponemos en una sartén con una chorrada de aceite generosa. Rehogamos la cebolla hasta que esté bien mochada y añadimos el "bacon" cortado a trocitos. Freímos hasta que esté doradito el "bacon", y añadimos la nata vegetal. Removemos bien para que no se pegue mientras dejamos que se cocine unos 5 minutos a fuego lento. Sazonamos al gusto. Cuando la pasta esté cocida la escurrimos y la lavamos debajo del grifo con agua fría. La ponemos de nuevo en la cazuela, bien escurrida, y añadimos la salsa, removiendo bien todo.
¡Listos para comer!

viernes, 9 de junio de 2017

Albóndigas de soja y avena con tomate.


Las albóndigas eran uno de mis platos favoritos cuando era omnívora, y llevo cuatro años probando recetas, cambiando ingredientes, intentando imitar el sabor que yo recordaba... y creo que lo he conseguido. Estas son las albóndigas más fáciles, rápidas de hacer y ricas que he probado. En poco más de media hora están preparadas.

Ingredientes (para unas 24 albóndigas): 

150 grs. de soja texturizada fina
150 grs. de copos de avena
350 ml. de caldo vegetal
1.600 grs. de tomate triturado (dos latas grandes)
harina de trigo
sal
pimienta negra molida
ajo molido
perejil picado
cebolla picada (especia)
aceite de oliva virgen extra

Elaboración:

Lo primero de todo, pondremos a freír el tomate, para que se cocine mientras formamos las albóndigas. En una cazuela echamos una buena chorrada de aceite de oliva, el tomate, sal y una cucharadita de azúcar. Dejamos a fuego medio. Ponemos en un bol grande la soja texturizada y la avena, y mezclamos bien. En una cazuela calentamos el caldo de verduras. Yo tenía caldo casero, pero si no tenéis, podéis poner agua con una pastilla de caldo vegetal. Mientras el caldo se calienta sazonamos la mezcla de avena y soja al gusto: sal, pimienta, ajo, perejil, cebolla... o las especias que más os gusten. Yo he usado estas porque eran las que usaba cuando hacía albóndigas de carne, y lo que buscaba era imitar lo más posible ese sabor.
Cuando el caldo esté caliente lo añadimos al bol y mezclamos bien con ayuda de una cuchara. Formamos las bolitas, apretando bien la masa con las manos para compactarlas, y las pasamos por harina. En una sartén, con abundante aceite, freímos las albóndigas hasta que estén doradas por todos los lados. Se fríen enseguida, por lo que no debéis dejarlas mucho rato sin vigilancia. Cuando estén bien doradas las echamos en la cazuela del tomate, y apagamos ya el fuego. Ya tenemos nuestras albondigas listas, en no más de media hora.
Espero que os gusten.

domingo, 14 de mayo de 2017

Canelones de la abuela


Los canelones eran uno de mis platos favoritos cuando yo era omnívora, y creo que esta "veganización" está muy conseguida, porque recuerdan muchísimo en sabor y textura a los de carne. Me he inspirado en la receta de mi abuela, que los hacía riquísimos. 
Es un plato un poco laborioso... pero merece la pena perder un ratito de vez en cuando para poder deleitar nuestro paladar.

Ingredientes:

Una caja de pasta para canelones
Soja texturizada fina
Paté vegetal
Tomate triturado
1 Cebolla mediana
Salsa de soja
Vino blanco
Leche de soja sin azúcar
Queso vegano rallado
Harina de trigo
Nuez moscada
Sal
Aceite de oliva virgen extra

Elaboración: 

Lo primero de todo leeremos las instrucciones de la pasta de canelones, ya que algunas marcas hay que hervirlas y otras solo hidratarlas un rato. Yo suelo comprar las que solo se hidratan, porque creo que están igual de ricos los canelones y es más rápida su preparación. Mientras se hidratan o se hierven, vamos a preparar el relleno y la bechamel. Cuando las placas de canelones estén listas las pondremos sobre un paño de algodón limpio, para que no se peguen a la encimera y se rompan, y las secaremos con un papel de cocina. 
Picamos una cebolla mediana (o media grande) y la ponemos al fuego lento con una ahorrada de aceite en la sartén, para que se sofría. Mientras, hidratamos la soja texturizada (no sé cuantos gramos... cocino un poco a ojo. Yo lleno medio bol de desayuno, mas o menos, y cuando se hidrata está el bol entero lleno), poniéndola a remojo con agua caliente, una buena chorrada de salsa de soja y las especias que os apetezcan (yo para canelones solo suelo poner una pizca de pimienta negra molida y la salsa de soja). Cuando la cebolla ya está pochada escurrimos la soja y la añadimos, para rehogarla bien en la sartén. Rociamos una chorradita de vino blanco y dejamos que reduzca un poco. Después, echamos un poco de tomate triturado, para que quede un relleno jugoso, y sazonamos al gusto, poniendo también una pizca de azúcar, para matar un poco la acidez del tomate. Agregamos el contenido de la lata de paté vegetal (yo suelo comprar el de NaturGreen, pero podéis poner el que más os guste) y dejamos que se haga unos minutos a fuego lento. Es el momento de probar el relleno y rectificar de sal, o de especias, para que esté a nuestro gusto. Yo suelo echar también una chorradita de salsa de soja, pero si la echáis deberéis tener en cuenta que es salada, y no poner demasiada sal. 
Ya tenemos el relleno listo, y pasamos a hacer la bechamel.
Ponemos en una sartén honda una buena chorrada de aceite de oliva y rehogamos la harina (dos o tres cucharadas soperas colmadas, dependiendo de la cantidad de bechamel que vayáis a hacer), cuando está dorada añadimos poco a poco la leche de soja SIN AZÚCAR (esto es importante, porque la mayoría de leches vegetales vienen endulzadas, y la bechamel nos saldría dulce) sin dejar de remover con las varillas, para que no se formen grumos. La bechamel la haremos a fuego lento, para evitar que se nos queme y se nos formen grumos. Es muy importante no dejar de remover con las varillas, pero si se os forman grumos, no os preocupéis... la batidora lo resuelve luego si fuera necesario. Seguimos echando leche, dejando que hierva, hasta que tengamos la salsa del espero que queramos. Yo para canelones o lasaña suelo poner tres cucharadas soperas de harina por cada litro de leche, más o menos. Sazonamos con sal y una pizca de nuez moscada, al gusto. 
Ya tenemos las placas preparadas, el relleno y la bechamel, así que es el momento de "montar" los canelones. Pondremos a precalentar el horno a 250 grados. En la bandeja del horno o en un Pyrex de cristal (dependiendo de cuantos canelones hagáis) ponemos una fina capa de bechamel, para poner luego encima los canelones. Sobre cada placa de canelón ponemos un poco de relleno en el centro y enrollamos para cerrarlos. Los vamos poniendo en la bandeja, hasta que hayamos hecho todos, y después echamos por encima una capa abundante de bechamel, que los cubra bien. Espolvoreamos con queso rallado vegano (yo compro el tipo mozzarella de Violife, que viene en bloque, y lo rallo, pero podéis poner el que queráis). Es el momento de gratinarlos. Los metemos al horno, a media altura en la función gratinar (el calor arriba) y vigilamos hasta que esté la bechamel un poco doradita y el queso gratinado. 
Aunque os parezca muy laborioso, no tardas más de hora y media en hacerlos, y menos de media hora en comerlos... jejeje... 
Espero que os animéis a probar a haceros, y modifiqueis la receta a vuestro gusto, que es lo bueno de cocinar en casa, poder "personalizar" nuestros platos. 
¡Buen provecho! 

jueves, 11 de mayo de 2017

Rollitos de "bacon" y "queso"


Hace mucho que no subo ninguna receta, y es que últimamente quiero abarcar tantas cosas que no llego a todo... y el blog de cocina es el que más abandonado tengo, lo siento.
Hoy tengo un ratito y voy a aprovechar a subir alguna recetilla fácil y rica. Estos rollitos se preparan en poco tiempo, y son un acierto para tomar un vermouth, para picar en la cena o a cualquier hora.

Ingredientes:

Pan de molde sin corteza
Bacon vegano
Queso vegano
Pan rallado
Leche de soja sin azúcar (o cualquier otra leche vegetal sin azúcar)
Aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Se cortan las rebanadas de pan de molde en dos y se aplastan un poco con un rodillo de cocina. Se extiende sobre el pan una tira de bacon y una loncha de queso. Se enrosca sobre sí mismo, dejando el pan por fuera, y se pincha con un palillo para que no se desmonte. Ahora toca empanar, y lo hacemos pasándolos primero por leche vegetal y luego por pan rallado. Si queremos un empanado crujiente podemos repetir la operación, pasando nuevamente por leche vegetal y por pan rallado. Ya solo toca freírlos en abundante aceite hasta que estén bien doraditos. Calientes están espectaculares, pero si tenéis que levarlos fuera de casa, se pueden comer fríos, y están muy ricos también.
Espero que os guste. Receta rápida, fácil y rica.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Tortilla de patata y champiñones


La tortilla de patata es un plato típico de aquí, y que a mi personalmente me encanta, pero la verdad que cuando era omnívora apenas hacía, ya que mi madre hacía las mejores tortillas de patata del mundo (no es pasión de hija, tienen fama entre todos los que han tenido la suerte de probarla). El caso es que como ella las hacía tan espectacularmente buenas, cuando alguna vez me puse a hacer una, nunca terminó de convencerme, porque era difícil igualar la de mi madre.
Al dar el paso al veganismo, y con la ausencia de mi madre, tuve que ponerme a experimentar para volver a comer tortilla. Son muchas las pruebas que he ido haciendo durante estos tres años y pico... que si con harina de garbanzo, que si con maicena, que si añadiendo limón, poniendo mas agua, o menos agua... es difícil encontrar la tortilla perfecta... pero sé que algún día lo lograré.
En este largo proceso de pruebas, esta vez he innovado, y he añadido unos champiñones a la tortilla... y creo que ha sido todo un acierto, porqué no sé si será la tortilla perfecta, pero si sé que estaba buenísima. Me gustaría que mi madre pudiera probarla, y así darme su opinión... pero el destino ha querido que esto no sea posible. Mamá, todas estas pruebas van por ti, a ver si un día consigo especializarme en tortillas y me acerco un poquito a la perfección de las tuyas.

Ingredientes:

4 patatas grandes
1 cebolla mediana
200 grs. de champiñones
2 cucharadas colmadas de harina de garbanzo
2 cucharadas colmadas de harina de maíz
2 cucharadas colmadas de harina para rebozar sin huevo (yo uso de la marca Yolanda)
1 cucharadita de café de levadura química
250 ml. de agua
1 chorrito pequeño de vinagre blanco
aceite de oliva virgen extra
sal
cúrcuma

Elaboración: 

Pelamos y partimos las patatas finas, para que frían rápido y por igual todas. Picamos la cebolla y lavamos y laminamos los champiñones.
En una sartén ponemos abundante aceite de oliva y freímos las patatas y la cebolla, dando vueltas para que se hagan bien todas. Cuando empiecen a estar mochadas, ya blanditas, las vamos escuchando un poco con una espátula de madera, para que queden a trocitos pequeños. A mi personalmente no me gusta la tortilla de patata con trozos grandes de patata. En otra sartén salteamos los champiñones con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Mientras todo esto se va haciendo, preparamos la mezcla que nos va a servir de sustituto del huevo. En un bol ponemos todas las harinas, la levadura y el agua, y mezclamos bien con las varillas. Cuando tengamos la mezcla bien batida añadimos sal, una pizca de cúrcuma (para dar el característico color amarillo a la tortilla) y unas gotitas de vinagre, para "matar" el sabor a garbanzo de la harina. Escurrimos bien la patata y la cebolla y lo echamos en el bol, junto a la mezcla que acabamos de hacer. Agregamos también los champiñones, y removemos todo bien, rectificando de sal si fuera necesario.
Un punto muy importante para que la tortilla salga bien es la sartén que vamos a usar. Deberá estar en perfectas condiciones el antiadherente, para evitar que se nos pegue. Pintamos toda la sartén de aceite, con ayuda de un pincel de cocina, por toda la superficie. Ponemos al fuego, y cuando esté caliente, vertemos la mezcla que hemos preparado.  Vamos moviendo la sartén para que no se agarre y para que se cuaje de forma uniforme, a fuego medio/alto. Con ayuda de un plato damos la vuelta a la tortilla (yo tengo una sartén doble especial para hacer tortillas, y la verdad es que facilita muchísimo el trabajo) y la ponemos al fuego por el otro lado. Vamos dando la vuelta cada poco, para asegurarnos que no se nos quema, y que se dora lo suficiente para coger un bonito color y que esté bien cuajada. Cuando la hayáis terminado, recomiendo dejarla reposar unas horas, para que se enfríe y coja consistencia, puesto que recién hecha se rompe al partirla (yo suelo hacerla mediodía o de un día para otro, y así a la hora de cenar solo es calentarla un poco y listo).
El toque que dan los champiñones, tanto de sabor como de textura, es espectacular.
Os invito a probar la receta, y a modificarla vuestro gusto, para que encontréis vuestra "tortilla perfecta".