martes, 6 de diciembre de 2016

Lasaña de boloñesa.


Por falta de tiempo tengo este blog bastante abandonado. Me he propuesto ir publicando de nuevo recetas, a ver si consigo volver a hacerlo dinámico.
Esta semana, como ha habido tantos días de fiesta, he aprovechado para hacer platos más laboriosos, sobre todo de tiempo, pero nada difíciles de hacer. La lasaña es uno platos favoritos de mi hija, y ayer me animé a hacer una que estaba para chuparse los dedos. Os dejo la receta, para que os sirva de base, pero os animo a ir cambiando a vuestro gusto, para hacer vuestra lasaña perfecta, a vuestro gusto.

Ingredientes:

1 caja de láminas de lasaña
200 grs. de soja texturizada fina
200 grs. de tomate triturado (más o menos)
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
6 lonchas de queso vegano
Queso vegano rallado
sal
azúcar
pimienta negra molida
perejil
albahaca
vino blanco
salsa de soja
aceite de oliva virgen extra

Para la bechamel:
4 cucharadas de harina de trigo
1 litro de leche de soja sin azúcares añadidos
aceite de oliva virgen extra
sal
nuez moscada

Elaboración:

Se pone en remojo la soja texturizada con agua caliente y una buena chorrada de salsa de soja, durante unos 15 minutos, hasta que esté bien hidratada.
En una sartén sofreímos la cebolla y los ajos bien picados, hasta que la cebolla esté pochada. Añadimos la soja, previamente escurrida, y la rehogamos bien. Agregamos un buen chorizo de vino blanco y dejamos que reduzca, a fuego lento. Echamos tomate triturado, al gusto, que no quede muy líquida la mezcla. Sazonamos con sal, una pizca de azúcar, pimienta negra molida, albahaca y perejil picado. Freímos el tomate con la soja y las especias durante unos 15 minutos, a fuego lento, y en ese rato aprovechamos para preparar la bechamel.
En una sartén ponemos una chorrada de aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente echamos cuatro cucharadas de harina. Freímos la harina, y cuando esta dorada agregamos la leche de soja, removiendo sin parar con las varillas. Sazonamos al gusto con sal y una pizca de nuez moscada, y seguimos moviendo hasta que espese. Si quedan muchos grumos, podéis pasar la bechamel por la batidora... pero si removéis con las varillas, con brío, difícilmente saldrá grumosa.
Ya tenemos la bechamel hecha, y el relleno también, ahora toca montar la lasaña.
En un recipiente apto para horno (yo uso un Pyrex de cristal) echamos una capa finita de bechamel. Ponemos una capa de láminas de pasta para lasaña (yo utilizo unas que vienen precocidas, y se usan así, directamente. Si no son de esas, deberéis seguir las instrucciones de la caja y cocer previamente las láminas de pasta), y tras la capa de pasta, ponemos una capa fina de relleno de soja. Otra capa de pasta, una de relleno de soja y cubrimos con las lonchas de queso. Ponemos otra capa de pasta y otra de relleno hasta que tengamos la lasaña del grosor que queramos, acabando en una capa de pasta. Yo recomiendo usar por lo menos cinco capas de pasta y cuatro de relleno, para que tenga consistencia.
Echamos por encima toda la bechamel, que cubra bien la lasaña, y espolvoreamos con queso verano rallado (esto último es opcional, si no tenéis queso rallado está rica también).
Ponemos en el horno, que previamente hemos calentado, a gratinar. El tiempo de gratinado dependerá de la rapidez de cada horno, por lo que recomiendo vigilarla, y cuando veamos que la bechamel está dorada, la sacamos del horno.
Toca partirla, servirla... y soplar para comérsela, porque el ansia no os dejará esperar a que se enfríe.
Aunque da un poco de pereza pensar en hacer un plato así, realmente el tiempo invertido en prepararla es tan solo de una hora, desde que piensas en hacerla hasta que te sientas a la mesa. así que, no tenéis excusa para no probarla. Espero que os guste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario