domingo, 14 de mayo de 2017

Canelones de la abuela


Los canelones eran uno de mis platos favoritos cuando yo era omnívora, y creo que esta "veganización" está muy conseguida, porque recuerdan muchísimo en sabor y textura a los de carne. Me he inspirado en la receta de mi abuela, que los hacía riquísimos. 
Es un plato un poco laborioso... pero merece la pena perder un ratito de vez en cuando para poder deleitar nuestro paladar.

Ingredientes:

Una caja de pasta para canelones
Soja texturizada fina
Paté vegetal
Tomate triturado
1 Cebolla mediana
Salsa de soja
Vino blanco
Leche de soja sin azúcar
Queso vegano rallado
Harina de trigo
Nuez moscada
Sal
Aceite de oliva virgen extra

Elaboración: 

Lo primero de todo leeremos las instrucciones de la pasta de canelones, ya que algunas marcas hay que hervirlas y otras solo hidratarlas un rato. Yo suelo comprar las que solo se hidratan, porque creo que están igual de ricos los canelones y es más rápida su preparación. Mientras se hidratan o se hierven, vamos a preparar el relleno y la bechamel. Cuando las placas de canelones estén listas las pondremos sobre un paño de algodón limpio, para que no se peguen a la encimera y se rompan, y las secaremos con un papel de cocina. 
Picamos una cebolla mediana (o media grande) y la ponemos al fuego lento con una ahorrada de aceite en la sartén, para que se sofría. Mientras, hidratamos la soja texturizada (no sé cuantos gramos... cocino un poco a ojo. Yo lleno medio bol de desayuno, mas o menos, y cuando se hidrata está el bol entero lleno), poniéndola a remojo con agua caliente, una buena chorrada de salsa de soja y las especias que os apetezcan (yo para canelones solo suelo poner una pizca de pimienta negra molida y la salsa de soja). Cuando la cebolla ya está pochada escurrimos la soja y la añadimos, para rehogarla bien en la sartén. Rociamos una chorradita de vino blanco y dejamos que reduzca un poco. Después, echamos un poco de tomate triturado, para que quede un relleno jugoso, y sazonamos al gusto, poniendo también una pizca de azúcar, para matar un poco la acidez del tomate. Agregamos el contenido de la lata de paté vegetal (yo suelo comprar el de NaturGreen, pero podéis poner el que más os guste) y dejamos que se haga unos minutos a fuego lento. Es el momento de probar el relleno y rectificar de sal, o de especias, para que esté a nuestro gusto. Yo suelo echar también una chorradita de salsa de soja, pero si la echáis deberéis tener en cuenta que es salada, y no poner demasiada sal. 
Ya tenemos el relleno listo, y pasamos a hacer la bechamel.
Ponemos en una sartén honda una buena chorrada de aceite de oliva y rehogamos la harina (dos o tres cucharadas soperas colmadas, dependiendo de la cantidad de bechamel que vayáis a hacer), cuando está dorada añadimos poco a poco la leche de soja SIN AZÚCAR (esto es importante, porque la mayoría de leches vegetales vienen endulzadas, y la bechamel nos saldría dulce) sin dejar de remover con las varillas, para que no se formen grumos. La bechamel la haremos a fuego lento, para evitar que se nos queme y se nos formen grumos. Es muy importante no dejar de remover con las varillas, pero si se os forman grumos, no os preocupéis... la batidora lo resuelve luego si fuera necesario. Seguimos echando leche, dejando que hierva, hasta que tengamos la salsa del espero que queramos. Yo para canelones o lasaña suelo poner tres cucharadas soperas de harina por cada litro de leche, más o menos. Sazonamos con sal y una pizca de nuez moscada, al gusto. 
Ya tenemos las placas preparadas, el relleno y la bechamel, así que es el momento de "montar" los canelones. Pondremos a precalentar el horno a 250 grados. En la bandeja del horno o en un Pyrex de cristal (dependiendo de cuantos canelones hagáis) ponemos una fina capa de bechamel, para poner luego encima los canelones. Sobre cada placa de canelón ponemos un poco de relleno en el centro y enrollamos para cerrarlos. Los vamos poniendo en la bandeja, hasta que hayamos hecho todos, y después echamos por encima una capa abundante de bechamel, que los cubra bien. Espolvoreamos con queso rallado vegano (yo compro el tipo mozzarella de Violife, que viene en bloque, y lo rallo, pero podéis poner el que queráis). Es el momento de gratinarlos. Los metemos al horno, a media altura en la función gratinar (el calor arriba) y vigilamos hasta que esté la bechamel un poco doradita y el queso gratinado. 
Aunque os parezca muy laborioso, no tardas más de hora y media en hacerlos, y menos de media hora en comerlos... jejeje... 
Espero que os animéis a probar a haceros, y modifiqueis la receta a vuestro gusto, que es lo bueno de cocinar en casa, poder "personalizar" nuestros platos. 
¡Buen provecho! 

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